Yo decidí crear el patrón desde cero con mis medidas, aprovechando que ahora tengo algunas mínimas nociones sobre costura, y decidí que el mismo constaría de cuatro partes: 1 delantera, 2 laterales y 2 traseras.
El boceto del traje es el dibujo de la izquierda, más de estilo imperio francés que de regencia inglesa.
El patrón es éste:
Me quedé algo corta con los tirantes, pero es algo que se puede corregir en el mismo patrón añadiéndole con celo más papel.
Primero corté sobre la tela del forro, principalmente porque en esta ocasión me compré una tela más cara de lo que me suelo gastar yo (máximo 5 euros el metro) y no quería estropearla, además de que con ella no podía equivocarme ni un milímetro ya que tampoco tenía mucha. Así que como el forro me salió muy barato (50 céntimos el metro) y tenía mucho, probé primero con él.
Cosí las piezas y a probar. Me venía como un guante, ¡el patrón había funcionado! Así que ya estaba lista para cortar sobre la tela buena.
El vestido tiene dos capas. Una base como de raso, y una sobretela de tul bordado (mi mayor temor). Así que tenía doble trabajo para cortar el patrón.
Una vez las 5 piezas cortadas (10 juntando las dos telas), junté cada pieza de cada tela con la correspondiente y las uní todas, como en la foto:
La parte de delante debía tener un fruncido horizontal, así que antes de ponerle el forro, hice el fruncido a máquina. ¿Cómo? Pues de una forma rápida y muy fácil. Para las asiduas costureras será algo obvio, pero para mí fue todo un descubrimiento.
Se baja la tensión del hilo en la máquina de coser, y se elige la puntada normal y más grande. Se cose por donde irá el fruncido, en mi caso, hice 3 pasadas paralelas y se saca la prenda de la máquina sin rematar.
Luego se estira de uno de los hilos del extremo que quedan y ¡voilá! Se te va frunciendo todo. ¡Es genial y tan rápido!
A continuación, llegó la hora de unir la pieza entera con el forro, que también era una pieza entera en sí mismo. Costura con costura y primero hilvanando para comprobar antes de coser que todo queda bien bonito. Y si cada pieza ha sido bien cortada, las costuras tendrán que coincidir:
Las mangas tienen su historia aparte.
Tela de raso tenía de sobra pero del tul no. Del rectángulo de la tela del que había sacado el cuerpo tenía que sacar también las mangas porque de lo contrario, no tendría tela para la falda.
Y el problema era que de ese rectángulo sólo me quedaban retales, ninguna pieza grande que abarcara toda la manga.
Por suerte, mi idea de la manga era que el tul no la envolviese toda, así que juntando retales, y en esta ocasión, un poco a ojo, coloqué los retales sobre la pieza de raso ya cortada para unirlas.
Resultado:
En teoría, el cuerpo ya estaba terminado. Quise añadirle encima del fruncido de delante algunos motivos decorativos para recargarlo algo más, así que esto lo hice antes de juntarlo con la falda.
La falda interior (la de raso) consta de dos partes de forma trapezoidal cada una. La de delante, que irá sin fruncir, por lo tanto más estrecha, y la de detrás, que tendrá fruncido en la espalda.
Aquí se me presentaba un problema estético. Puesto que la falda ha de tener un abertura trasera para poder entrar una misma dentro del traje, cómo realizarla para que pasara desapercibida. En el metro, se me ocurrió lo siguiente:
Las tablas de la parte trasera esconderán la abertura, al menos en teoría; en la práctica espero que también.
Luego con un corchete o similar escondido se cierra la falda.
Y aquí también había que coser el raso y el tul juntos al cuerpo.
Después de juntar el cuerpo con la falda, le añadí la pasamanería blanca que se ve en las fotos.
me encanta el blog! felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola ;)
ResponderEliminar