Esta blusa la terminé hace un par de meses, y me costó bastante trabajo, aunque al final quedó bastante bonita. No tengo muchas fotos del proceso, así que explicaré a grandes rasgos cómo la hice.
Está hecha con tela georgette y tres tipos de encaje: un entredós de unos 4 cm de ancho; uno, de unos 2 cm de ancho, y el otro de 1 cm de ancho.
Primero hice un patrón base de blusa que utilizaría al final.
Luego con 4 piezas rectangulares de tela hice 4 lorzas en cada una, dos largas y dos más cortas. Fue aquí cuando me arrepentí de haber comprado ese tipo de tela tan escurridiza y juré que nunca más trabajaría con ella.
Una vez hecho esto, el montaje de la parte delantera consistió básicamente en ir uniendo unos entredoses de encaje con otros (el más ancho iba a ser la pieza central) y también uniéndolos a esas 4 piezas con lorzas.
Luego con el patrón marqué en la pieza resultante por donde irían hombros, sisa y cuello.
La espalda fue más sencilla, pues iba a ser sólo una pieza de tela. Las tiras de encaje las cosí sobre ésta y después vacié la tela sobrante bajo el entredós.
El cuello también consistió en unir unos entredoses con otros:
Las mangas son un poco abullonadas por arriba y también están decoradas con tiras de encaje. Y los puños está hecho sólo con el entredós más ancho.
Los cierres, tanto en los puños como en el cuello por detrás, son corchetes transparentes, y hay cosidos por encima de ellos unos botones forrados con la misma tela de la blusa.
Conclusiones: Trabajar con tela georgette es horroroso, pero el encaje, aunque delicado, es de lo más agradecido. Lo que peor quedó fueron las lorzas, que además cada una tiene un largo y se nota si te fijas. Y el cuello creo que lo hice demasiado largo para mí, aunque para eso siempre hay solución, quitando una tira de encaje.